En política la mayoría de las acciones implica algún mensaje, nada es fortuito. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha comenzado desde hace varios meses una revelación de candidaturas presidenciales de manera anticipada; con ello una vez más marca la agenda la conversación en la política nacional.
En la presentación de candidatxs, el presidente mencionó en una Mañanera a Claudia Sheinbaum, Jefa de gobierno de la CDMX; Marcelo Ebrad, Secretario de Relaciones Exteriores; Ricardo Monreal, Coordinador de Morena en el Senado; Rocío Nahle, Secretaría de Energía; Tatiana Clouthier, Secretaría de Economía; José Ramón de la Fuente, Embajador de México en las Naciones Unidas y a Esteban Moctezuma, Embajador de México en Estados Unidos como los posibles aspirantes a la presidencia en 2024.
Desde entonces, los actores políticos mencionados han hecho alguna declaración al respecto, unos confirman su aspiración y otros sin negarla declaran que se enfocan en su trabajo actual. No es fortuito, destaparse prematuramente les coloca en el reflector y con ello aumenta el riesgo de que su candidatura se consolide. Por otro lado, afirmar su aspiración a la candidatura tampoco es fortuito, comienzan a formarse grupos de apoyo.
Todos los partidos tienen en su organización aspectos formales e informales, es decir, lineamientos que están reglamentados y otros que sin estar escritos son aceptados y practicados.
En MORENA, el presidente sigue siendo líder del partido de manera informal y aunque asegura que no tendrá inferencia ya se vislumbra una aspirante favorita. El pasado 29 de septiembre, la foto del presidente levantando la mano de Claudia Sheinbaum mientras la señalaba hizo resurgir el tema de los presidenciables.
A partir de esta significativa fotografía, analistas políticos comenzaron a afirmar que la agenda planteada por AMLO había dejado notar que la oposición no existe porque tras las configuraciones de MORENA, los partidos opositores no habían presentado a ningún presidenciable.
Parece que les hicieron un llamado y Marko Cortés ya aseguró que “tendrá con qué para la gran batalla del 2024”. Destapó a ocho presidenciables: nombró a la Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván; al Gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal; al Gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez; al Gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el mandatario saliente de Querétaro, Francisco Domínguez; Ricardo Anaya, ex aspirante presidencial; Santiago Creel, vicepresidente de la Cámara de Diputados; y al líder parlamentario del PAN, Juan Carlos Romero Hicks.
A pesar de que todavía estamos lejos del 2024, los partidos políticos ya comenzaron la carrera. El “destape anticipado” de MORENA y PAN también implica una vida política interna difícil de controlar. En MORENA Marcelo Ebrad, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum tendrán a quienes les apoyen y creará tensión. Con las diferencias entre Monreal y Sheinbaum, los símbolos son aún más interesantes; después de que el Secretario de Gobierno se reuniera con ambos -quizá para calmar los ánimos-, Ricardo Monreal afirmó en una entrevista que “Si no hay oportunidad con Morena, voy a ir por Morena”.
El PAN también tiene sus dificultades internas. Después de un ambiente en 2018 con un partido quebrantado, sin unión ni acuerdos, aseguran que hay mayor fortaleza. Al mismo tiempo, Marko Cortés fue reelecto presidente nacional del PAN después de una larga discusión y conflicto interno. Incluso diputados panistas afirmaban que el partido se ha venido apartando de sus principios democráticos, humanistas y solidarios. Entre los presidenciables todavía hay quienes tienen que rendir cuentas ante el poder judicial y ello creará más conflicto.
Nada es fortuito, con un ambiente de “destapes anticipados” todo puede interpretarse. Después de este breve recuento y análisis, la pregunta es ¿Quiénes son estos personajes? ¿Qué impacto tendrá en las elecciones el “destape anticipado”? ¿Cómo aportará esto a la vida democrática nacional?
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Esta columna fue publicada en www.martinrodriguezhernandez.com
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